Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo en Indanza
había un espíritu malo que siempre llagaba a todas las fiestas religiosas que
había en la parroquia y las arruinaba, porque siempre cambiaba de forma repentinamente.
Cierto día este espíritu malo llegó a la más
importante que es “La fiesta de la Cruz”, donde el yerno del prioste se había
enojado porque su mujer no quería asistir ya que estaba indispuesta; entonces
el yerno enfadado tomó una vela para alumbrar el camino y partió al pueblo de
Indanza. Muy cerca estaba el Río Indanza y cada vez que caminaba sus manos se
hacían enormes. Pensaba que solo se trataba de la sombra de un árbol y sin
tomar importancia continuó.
Después de un largo tiempo caminando se dio cuenta
que no llegaba a la carretera principal y dijo “José y María, ¿dónde estoy?”, inmediatamente
se apagó la vela. Enseguida, daba un paso y caía al río, sintió entonces que el
espíritu malo lo guiaba al río por un camino que se veía hermoso, pero en
realidad estaba lleno de bejuco y de la planta de uña de gato. Muy cerca se oían
los juegos artificiales de la fiesta y agarrándose de los bejucos logró llegar
cerca de la carretera para pedir ayuda.
Luego de súplicas a la Virgen y de pedir perdón por
sus actos, amigos que pasaban cerca del lugar lo rescataron. Al oír el
testimonio desde aquel día él y sus amigos no volvieron a pecar.
Escritor: Doménica Herrera
Narrador: Zoila Nivelo
una buena leyenda
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